Pues sí. Para cuando ya habíamos conseguido olvidar las sensaciones de la semana pasada, ayer a Guzmán le dio fiebre por la tarde y le subió por la noche, y después de 3 horas, a eso de casi las 0:00, Eva se fue con el peque al hospital. Analítica y toda la parafernalia de turno, y los neutrófilos bajitos pero sin ser alarmante. Qué rabia, con lo altos que estaban el martes… En fin, “y lo que te rondaré morena”.
Hoy él está aparentemente bien, tuvo febrícula por la mañana pero ya no tiene ná de ná… Y ella está muy apagadilla. Por suerte, ha habido visita de abuelitos por la tarde y le ha dado subidón.
(Le he dado a leer a Eva la entrada antes de publicarla y me dice la muy… “¿Sabes qué me pasa? ¡que lo veo muy plano!” En fin… donde hay confianza… Vamos… que uno no puede sólo informar, sino que también tiene que hacerlo en modo creativo)