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Es como cuando en uno de esos días que estás a gusto en casa, aparentemente en calma, el típico día que no te apetece hacer nada, y va un amigo al que hace mucho que no ves y te dice, “oye, que si te vienes al cine, ponen una mítica de ese director…: Jander Klander”; incluso te suena de hace tiempo haber ido con él a ver una peli de ese tipo. Entonces te ves, de golpe en esa sala de cine, viendo una de esas pelis que sólo te hace pensar: “pero qué habré hecho yo para venir a ver este tostón… qué habré hecho yo para volver a cometer semejante error, con lo bien y a gusto que estaba en casa…” Pero existen motivos relacionados con la amistad, o con el orgullo, o con la estupidez, que te hacen permanecer frustrado en el asiento con un simple pensamiento que por repetición parece convertirse en un mantra tibetano: “no pasa nada, en un rato acabará”.
Pues quizá sea un breve resumen de cómo te sientes con esta especie de broma de peli de serie b en la que estamos metidos desde.
Guzmán se fue a la cama a las 21:00, una hora y media antes de la meditación para envolverle de azul, blanco, verde, rezos, Reiki, mantras y amor. Total, que cuando se durmió, Eva le notó algo caliente, le puso el termómetro y… 38,3º. Eran las 21:00, oncología estaba aún abierto; llamamos, hablaron con nuestro doctor. Y a urgencias con el cachorrito, con el recado de que le informaran cuando tuvieran resultados.
Se fue Eva, yo me quedé con Martina y desde entonces hasta las 2:00 a.m. los sms que recibía parecían un déjà vu de algo que empiezas a sentir como un mal hábito: muestra de mocos, crema Emla para que no le duela el pinchazo de la aguja en el port-a-cath, oscultación; – «descartemos algo bacteriano», – «veo unos puntitos en la garganta» – el niño tose – «¿desde hace cuanto tiempo lleva tosiendo?», – «desde hace un minuto”; 0:00, analítica, resultados negativos en la muestra de mocos… Y cerca de las dos de la mañana la analítica dice que parece haber un principio bacteriano de algo no demasiado específico, que si bien, las plaquetas y la hemoglobina bajas del otro día, hoy estaban mejor, los neutrófilos están por los suelos, que nuestro médico dice que nos tenemos que quedar y que probablemente este martes que viene, que nos tocaba empezar de nuevo, no será posible.
Total que aquí estamos otra vez, neutropénicos perdidos, con bata y mascarilla verdes, pero practicando Reiki sin parar y con ese mantra de “en un rato acabará” repitiéndose una y otra vez en el cerebro.