Fundación Unoentrecienmil - Logo Negro
Fundación Unoentrecienmil - Logo Negro
9 julio, 2015

Yo ya tengo demasiadas cosas, papá

venga, a ver si para la próxima semana te lo sabes”. Y así te lo aprendes con más ganas”. Llegó el mes de abril, y con él los preparativos. Un martes por la tarde Martina y yo salimos juntas a la zapatería del barrio a comprarle unos zapatos blancos, una goma blanca para el pelo y una muñequita del escaparate de la pastelería de la esquina, que en el mes de mayo se llena, desde siempre, de muñequitos vestidos con trajes de comunión, de esos que se ponen en las tartas. Martina había querido uno desde siempre, desde que ella misma parecía una muñeca y pasábamos por delante caminando y casi no llegaba a ver el escaparate. Así que esa misma tarde entramos a comprar una, y salió felicísima de la pastelería con su tan ansiada muñequita. La abuela cosía los botones que faltaban, lavaba el vestido, lo almidonaba y le ponía una cinta nueva en la cintura para disimular algún que otro arreglillo necesario en el último momento. Unas manchitas que no había manera de eliminar, que habían estado ahí 30 años, y que necesitaron del ingenio de la tía Pilar: “Quitamos de aquí un trocito de encaje, lo ponemos por aquí, por allá, y ya está. Y en este cachito que ha quedado vacío, ponemos una cinta y le hacemos un lazo”. Hecho. Y llegó el gran día. Un pelín de nervios en el desayuno, otro pelín en el viaje al cole, otro más cuando la dejamos en el lugar convenido. Pero ante todo había alegría, mucha alegría en la cara y en la sonrisa de Martina, que se multiplicó al encontrarse con sus amigas de clase, con sus abuelos, con su profe, con la familia más cercana. Muchos nos habían preguntado por el regalo, pero Martina lo tuvo claro desde el principio. Quería hacer una Comunión Entrecienmil. “Yo ya tengo demasiadas cosas, papá” –le había dicho una mañana de camino al colegio. Jose recogió la idea y le propuso hacer una comunión solidaria, y la idea le pareció fantástica. Así que al llegar al restaurante pusimos una urna de unoentrecienmil y todo el mundo fue haciendo su aportación, además de dedicarle palabras y dibujos en un libro de firmas, pequeños regalitos hechos a mano y cientos de besos y cariño durante todo el día. Al llegar a casa abrimos la urna y contamos 1.200€ entre billetes y monedas de todos los tamaños y notitas llenas de cariño. 1.200€ que ya están, íntegramente, dedicados a la lucha contra la leucemia infantil. ¡Gracias, Martina! Papá y yo estamos muy orgullosos de ti, de lo grande que eres desde siempre. Y te queremos así, grande y pequeña, todo junto, como tú eres. ¡Muchísimas gracias a todas las personas, tan queridas y tan cercanas que han hecho posible, con tanto cariño, esta donación, siguiendo la idea de Martina! IMG_4354]]>

Categorías

Etiquetas

Comentarios

2 comments on “Yo ya tengo demasiadas cosas, papá”

  1. Es tan bonito y tan grande el gesto que casi no me fijo en lo guapísima que iba y en lo guapísima que es. ¡Enhorabuena, Martina! ¡Enhorabuena, papás!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

magnifiercrossmenuchevron-down linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram