Una niña, una familia, un colegio, una ciudad

Una tarde de verano, hace ya algunos años, en una reunión con amigos, alguien me preguntó qué tal el trabajo nuevo. Expliqué con mucha ilusión en qué consistía mi tarea de #LaVueltaalColeUnoentrecienmil.

- ¿Tú te acuerdas de Carlos Vadillo?, me preguntó alguien. - Es el director del Colegio Sagrados Corazones de Miranda de Ebro.

Claro que me acordaba de él, aunque hacía mucho tiempo que habíamos perdido el contacto. Este amigo común me contó que una de las sobrinas, Carla, estaba en tratamiento por leucemia. Me quedé blanca, nunca estás preparada para recibir noticias así.

- Con el diagnóstico de Carla, toda la familia decidió dar a conocer la importancia de la donación de médula, y crearon la iniciativa Pulgares Arriba. Carlos y sus hermanas (Natalia, Olivia y Carolina) tienen como misión y promesa fomentar la donación de médula, una de las alternativas para curar la leucemia. Es la manera que ellos tienen de agradecer la suerte que tuvieron, y así poder ayudar a otros niños.

De esta manera tan casual retomé el contacto con Carlos, aunque mi primera llamada fue para Natalia, la mamá de Carla.

Natalia es enfermera, una buena mujer, alegre, cariñosa, un volcán de alegría contagiosa que no deja indiferente a nadie. Ella es una fuerza de la naturaleza.

Natalia me contó cómo había sido el proceso de Carla, que ahora tiene 14 años. Y compartió conmigo algunas fotos y recuerdos de entonces. El testimonio de Natalia es ensordecedor, con tanta información y tanta esperanza que la veo como a un torrente que baja en primavera con todo el agua y la vida que estaba dormida en el invierno.

- Cuando me preguntas por este proceso, solo puedo recordar cuando Carla estaba en la UVI del hospital, muy malita, y nos dijeron que había muy mal pronóstico para ella. Estuve tres días arrastrada por las esquinas, haciendo de tripas corazón porque no podía soportar esta noticia. Sin embargo, a los tres días Carla estaba en planta. A las familias, por tanto, solo puedo compartir mi mensaje de esperanza. Por muy mal que se pongan las cosas, la ciencia obra pequeños milagros que nos permiten creer en la curación de nuestros hijos.

"Por muy mal que se pongan las cosas, la ciencia obra pequeños milagros que nos permiten creer en la curación de nuestros hijos."

Natalia Vadillo, mamá de Carla.

Su respuesta a la duda y al dolor de una hija enferma fue dejarse abrazar por sus hermanos, y llevar allí donde van Pulgares Arriba. Miranda de Ebro se viste de naranja con sus camisetas en los eventos deportivos de la cuidad.

Uno de esos eventos deportivos es #LaVueltalAlColeUnoentrecienmil. Ese día, el colegio de Carlos, Sagrados Corazones, se une al de Carla, la Sagrada Familia, y juntos, todos juntos, hacen esta carrera desde la primera edición, en 2015.

Desde entonces, muchas cosas han ido transformando la realidad de esta pequeña historia de personas y colegios.

Para empezar, que Carla ya puede correr por ella misma la carrera, y retomar su pasión, el fútbol, y salir hasta que le dejen sus padres, y quedar con amigas y pintarse el rimmel… todo lo que hace una chica de su edad.

Que Natalia, Carlos, Carolina y Olivia siguen siendo un ejemplo increíble de amor: no dejan de explicar la importancia de la donación de médula y siguen siendo embajadores de esta causa cada vez que tienen ocasión.

Que los colegios de Miranda de Ebro se siguen uniendo cada año para correr La Vuelta Al Cole Unoentrecienmil, y que este acontecimiento se ha convertido en una tradición, casi tan importante como las Fiestas de San Juan del Monte.

Y que el cole de Carla, la Sagrada Familia, se ha ido transformando, año a año, en un altavoz de la causa: ventanas con mensajes, grafiti en sus muros, y un mensaje de esperanza para siempre: que todos los niños y niñas se curen, como Carla, gracias a la investigación.  

En Unoentrecienmil, vemos en esta historia el ejemplo de que el movimiento confirma nuestro modo de vivir. Enredarnos y enredar para construir entre todos un mundo libre de cáncer infantil.

Carla fue la excusa, ellos el motor, nosotros los que agradecemos poder compartir su historia. Gracias, familia.