Por Rocío Moreno
2016.
Inicio.
Cambios.
Tres palabras. Tres conceptos que pueden generar vértigo. No es que ayude mucho la fotografía del mapa actual a nivel político, económico y social... Parece que un miedo espumoso se estuviera colando por entre las rendijas de las casas para que precisamente esos cambios, esa ruptura con lo viejo, todo lo bueno que aún está por llegar, no pudiera ni rozarnos. Supongo que nunca sabremos, al menos no nuestra generación, quién se esconde tras esos miedos que nos infunden, haciendo saltar por los aires ya no sólo estrategias sino, lo más terrible: vidas. Hoy he almorzado con otro atentado sobre la mesa. Y, aunque cierre con fuerza mis ojos, no me puedo quedar al margen. La crisis, esta que vivimos en nuestro pellejo, nuestros telediarios y nuestras fronteras, es de valores, es de moral, es ética... Hemos dejado de vernos como un todo que rema buscando la misma playa, la isla bonita, casi utópica, pero no por eso dejada de soñar... Por la misma razón que es una crisis que viene desde dentro, sólo a partir ahí se puede empezar a curar. Los paños calientes, la medicina más sabia, tiene como punto de partida un único elemento:
El sustantivo que sostiene todo lo que existe. La palabra que ha curado, arrepentido y remendado tantas veces. El valor que puede con cualquier "pero" y que, sin embargo, no mostramos por pánico escénico a que nos vuelvan a hacer pedazos... Pero es él el salvavidas y el que agita. El que cuanto más reparte, más crece. El de la ecuación perfecta. Aquel en el que vamos a seguir apostando para marcar la diferencia en unoentrecienmil. Porque amamos lo que hacemos. Amamos a quienes le dan sentido y respaldo a la Fundación. Amamos a las empresas que nos aúpan. Amamos a cada socio y cada nueva dorsal. Amamos madrugar y charlar en la oficina. Amamos todos los noes al teléfono que anteceden al mejor sí. Amamos cada una de las dudas que después nos llevan al éxito. Amamos las pequeñas acciones. Amamos los grandes eventos. Amamos y amamos y amamos... Y amamos sobre todo a los pequeños Maestros que nos arriman el deseo de la cura, que cada día está mas cerca: amamos a nuestros pelones.EL AMOR.
Comentarios