Érase una vez...

Soy Eva, la madre de Guzmán. En el colegio donde soy maestra, Marta García, la madre de una de mis queridas alumnas, me envió un correo con una propuesta muy loca. ¿No tienen las grandes ideas una buena dosis de locura? Marta estaba buscando gente para hacer un teatro de padres, como regalo para sus hijos. Yo me apunté sin pensarlo mucho: ella es bailarina, actriz, coreógrafa y una persona excelente; ¡así que de ahí tenía que salir algo bonito!     Poco a poco todo fue cobrando forma, y surgieron cuentos, danzas, violines, canciones y trucos de magia. Y casi sin darnos cuenta nos vimos envueltos en la aventura del teatro. Y entre todo ello, Marta nos propuso hacerlo benéfico a favor de Uno entre Cien Mil.     La Casa de la Juventud de Colmenar Viejo nos cedió el teatro. Repartimos entradas con nervios e ilusión entre amigos, conocidos y familiares que quisieron acompañarnos en esta aventura. Y llegó el sábado: ensayo general, pruebas de luz y sonido, últimos ajustes de vestuario y… ¡arriba el telón! Érase una vez…     Y salimos al escenario la bailarina, la narradora de cuentos, y el violinista, la Reina Luz, el Rey Amor, la joven princesa dispuesta a cambiar su destino, el Pájaro de Oro, la brisa nocturna y los farolillos, la cantante y el mago. Una tarde maravillosa en compañía de nuestros amigos y de nuestros hijos, que disfrutaron de ver a sus padres sobre un escenario. Y un granito más para Uno entre Cien Mil: 360 Euros de ayuda.     Gracias, Marta, por esta idea, por ser el germen, la directora y la bailarina. Gracias a Alicia Jorge, por donar su maravillosa voz y sus canciones. Gracias a Werner Glaser, por la música mágica de su violín. Gracias al mago LinMer, por sus trucos y risas. Gracias a Rafael Nava y Francesca Marchetti, por ser los reyes del cuento.  Y gracias a todos los que llenasteis el teatro: ¡Cien mil gracias!          ]]>